Tengo montones de proyectos haciéndose y hoy, recordando mi sitio, me dieron ganas de detenerme en los demás para darle unas horas a ordenar las cosas acá, por lo que:
Eliminé un montón de plugins.
Quité el tema bonito que hice hace unos años y dejé Twenty Fifteen, que es el que viene con WordPress de fábrica.
Le di el formato a cada entrada que lo mereciera.
Modifiqué un poco el listado de páginas y quité algunas.
Recordé muchas cosas que hacía desde hace nueve años.
Ahora tengo que seguir en esto y darle más tiempo a los escritos y publicaciones que encuentre para poder volver a leerlas más adelante. Por otro lado, me da igual que se lean las cosas ociosas, absurdas o inmaduras de antaño, porque es lo que fui hace tiempo y publiqué en una Internet que estaba creciendo junto conmigo también.
Gracias a cualquiera que lea por acá y, bueno, por ahí nos veremos.
Hoy, llegando a mi departamento, entro a Facebook y veo la noticia. Si bien creo haber visto antes esta opción, es hoy cuando me pongo a pensar en ésta.
Por mi trabajo, tengo en mi «poder» una cantidad más o menos grande de páginas, así que me puse a pensar sobre cómo me puede servir esto a mí y he llegado a una pequeña conclusión: no me sirve, pero es útil.
No me sirve, porque no me gusta estar enviando «spam», además de entregar las direcciones de mis familiares, amigos ni clientes a una empresa. Simplemente no va conmigo.
Por otra parte, me es útil para aplicarlo con empresas que ya tienen una base de datos y quieran potenciar más rápido su página en Facebook aprovechándose del permission marketing.
¿Qué haré, entonces? Avisar donde trabajo de que tenemos esta opción para potenciar las páginas de nuestros clientes, pero no usarlo para mis contactos personales, a quienes cuido sus cuentas, porque me las han dado para comunicarme con ellos y no para enviarles ofertas de terceros.
Hay música que pocos oímos por estos lados del mundo y que, para hacerlo, nos valemos del uso de las redes P2P.
En mi caso, ando algo enviciado hace poco más de un año con música hecha para el juego 東方Project, haciéndome bajar archivos de centenares de GiB. Y es que tiene un gran repertorio con muchas tendencias, desde las malitas a las buenas.
Ahora, puede ser que me guste porque no es de la música que oyes por la radio o que los canales de televisión tomen prestadas para sus documentales, ya saben, todo eso de buscar la identidad propia. Y no es que no tolere las bandas más populares, como Nirvana, Metallica, Molotov, Daddy Yankee o Raphael, sino que simplemente prefiero oír con mis audífonos o cuando estoy solo cosas que a los demás seguramente distraería o no les agradaría.
Y, bueno, también dan ganas de ir a uno de estos conciertos que realizan por allá lejos, donde se llena de fanáticos de la misma música, solo por el hecho que ya las conozco; pero, por mientras, me conformo viendo por YouTube su realización y aprovecho de dejar acá la lista que creó un usuario con uno hecho el año pasado: Flowering Night 2008.